Rehabilitación del Estadio Santiago Bernabéu con revestimiento Mascaret®

El Estadio Santiago Bernabéu fue construido entre 1944 y 1947, en su primera fase, para 70.000 espectadores. En 1953 fue ampliado en uno de sus cuatro lados, el gradón del este que, a la calle del Padre Damián, para conseguir 30.000 espectadores más. En 1982, con motivo del Mundial de Fútbol, se construyó la actual cubierta y se modificó la fachada, que fue revestida en su totalidad, ocultando el primitivo aspecto.

Descripción

En 1988 el Real Madrid planteó al Estudio la necesidad de aumentar 20.000 nuevos asientos, para llegar a los 60.000 espectadores sentados. Era necesaria la construcción de un nuevo graderío con sus correspondientes accesos y servicios complementarios.

La idea básica consistió en crear un nuevo anfiteatro que desarrollara en los tres lados que conservaban la altura original de 1947, apoyado sobre la estructura perimetral, dando a las calles Concha Espina, Paseo de la Castellana y Rafael Salgado. Quedó fuera del ámbito de actuación la fachada a Padre Damián, aunque se contempla su posible ampliación futura.

Se estudiaron los proyectos y soluciones que se desarrollaban en diversas partes del mundo, para corroborar o modificar algunos aspectos del proyecto inicial, en base a experiencias ajenas. Aunque el caso de la reestructuración del Bernabéu se presentaba más comprometido al no encontrarse en espacios urbanos perimetrales con capacidad de maniobra, sino en pleno centro de la ciudad.

Para crear el nuevo 'anillo' superior era necesario desmontar la actual y cubierta y volar sobre la acera, sin superar en ningún caso la línea de bordillo, para permitir la visión de todos los espectadores. Este vuelo gradual y a gran altura no produce sensación de agobio para la calle.

La incorporación del abandonado espacio terrizo que da frente al Paseo de la Castellana, hoy utilizado como aparcamiento en días de fútbol, se ha planteado como una gran plaza que dé la perspectiva oportuna al estadio, actuándose sobre todo el conjunto. Para ello, la actual circulación vehicular que existe entre el estadio y el Paseo de la Castellana se hará subterránea, a petición municipal. El acceso a través de la plaza, por senderos diagonales, entre árboles, confluirán en un paseo central.

Debajo de dicha plaza se establece un estacionamiento de automóviles en tres niveles. En la primera planta estará el acceso al estadio para autoridades y jugadores, totalmente independiente del público.

Los accesos generales al nuevo anfiteatro se han planteado en cuatro grandes cilindros situados en las esquinas, intentando que tengan un gran protagonismo. Cada cilindro contiene dos escaleras y una rampa helicoidal, que también podrá ser utilizada por vehículos pequeños para así acceder a los pasillos, con objetivos de servicios y emergencias.

Las escaleras y rampas estarán entrelazadas por descansillos comunes para posibilitar la alternancia del medio de subida.

El acceso al nuevo graderío se realizará a través de un corredor que envuelve el perímetro objeto de la actuación, con la misión de desahogar las gradas. Dicho corredor estará conectado con otro inferior, de mayor tamaño, donde se ubicará el conjunto de servicios necesarios: aseos, bares, teléfonos, enfermería, etc.

Las gradas irán dotadas de asientos de plástico, y todas las localidades tendrán una barandilla delantera de seguridad. En cuanto a las circulaciones de graderíos se han duplicado los vomitorios con respecto a los existentes en el primer y segundo anfiteatro.

Las grandes pilastras de hormigón, necesarias para sostener el nuevo anfiteatro, se han concebido cosidas a la estructura actual para crear la necesaria rigidez estructural. El planteamiento inicial partió de premisas de economía importantes, motivo por el que se aprovecha la actual cubierta, que se desplaza en vertical hasta la nueva cota, previamente seccionada e izada mediante barras de trepa.

En cuanto a la seguridad, el estadio ganará en calidad de instalaciones y cantidad de evacuaciones. En la parte baja se remozan todas las puertas, dotándolas de mecanismos de apertura automática, que hoy no poseen. Se eliminan todas las taquillas actuales, para alojarlas en conjuntos compactos de fachada.
Dos ascensores, para utilización en caso de emergencia o como montacargas, se colocan junto a los torreones hoy ya existentes, en huecos que fueron construidos a tal efecto pero que nunca se utilizaron. Los servicios higiénicos y bares se proyectan de manera normalizada para que, tanto por su concepto funcional como por sus materiales, sean duraderos, económicos y mantenibles.

La dificultad que significó proyectar una gran ampliación sobre el estadio existente se ha resuelto dando una imagen contundente, que evite la sensación de 'marquesina' en sus voladizos.

Información del proyecto

  • Madrid
  • España
  • Arquitecto:
    Estudio Lamela
  • 2005
  • Promotora:
    Real Madrid C. F.
  • Fotógrafo:
    Estudio Lamela, Francisco Pablos Laso
  • Texto:
    Estudio Lamela